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23 febrero, 2016

La corteza del queso

Hoy os queremos hablar de algo que mucha gente desconoce y con lo que suele tener ciertos reparos pero, que los grandes aficionados al queso, reconocen como el mayor placer a la hora de degustarlo. Y es que la corteza  del queso es la parte más sabrosa.

El por qué es bien sencillo. Una vez que nuestros quesos entran en las cámaras  para darles el punto de curación adecuado, que permita que desarrollen todo el potencial que otorga la leche cruda de oveja de Las Arribes, da comienzo su «proceso de maduración». Durante esta fase cada pieza sufrirá cambios físicos y químicos, – dependiendo de la humedad, la temperatura, la aireación, grado de salinidad, acidez, etc–  y, con ellos, adquirirá gran parte de «su carácter» final. Y como la corteza del queso es la parte que está en contacto con el exterior, será la que muestre los efectos  de la maduración de una forma más intensa. Así pues, a medida que profundizamos en su interior, el sabor y el aroma serán cada vez más sutiles. Por eso, la corteza a mucha gente le parece muy fuerte y opta por retirarla.

La corteza del queso

 

Pero nosotros, partiendo de que nuestra corteza es comestible, vamos a intentar que cambiéis de opinión y, os propondremos de vez en cuando, recetas elaboradas a partir de la corteza. Será la encargada de aromatizar algunos platos sin que resulte fuerte en ningún momento. Por ejemplo infusionando leche con la corteza del queso para, a partir de ella, elaborar unas torrijas con un sutil sabor a queso, una leche frita o unas natillas con un ligero sabor a queso.  Iremos poco a poco 😉

Además próximamente os hablaremos de una forma más extensa  – pero muy fácil de entender- del proceso de maduración, para que entendáis muchas cosas y así podáis disfrutar del queso con más amplitud de miras.

 

La Corteza del queso

 

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